jueves, 29 de octubre de 2015

Pan de muerto

La fiesta de Todos los Santos es una fiesta importante en México.
No hay evento que no se celebre comiendo y en México no podía ser menos.
Entre los manjares que hacen para esta festividad está el pan de muerto y cuyo origen parece ser la fusión de los rituales prehispánicos con la cultura cristiana aportada por los conquistadores.
Este pan tiene un significado especial que trataré de contaros.
La forma redondeada representa el ciclo de la vida y la muerte, las cuatro tiras de masa son los huesos y la bolita superior el cráneo.
Las tiras de masa colocadas en forma de cruz se relacionan con los cuatro puntos cardinales y cada uno está dedicado a un dios: Tezcaltlipoca, Tialoc, Quetzalcoat y Xipetotec.
Además el sabor del azahar se asocia con el recuerdo de los muertos.
Cómo veis no es un simple pan, está cargado de significado en la cultura mexicana.

Ingredientes

  • 500 gr. de harina
  • 25 gr. de levadura de panadería
  • 1 cucharadita de sal
  • 130 gr. de azúcar
  • 2 huevos
  • Ralladura de una naranja
  • 50 ml. de agua de azahar
  • 120 gr. de leche
  • 100 gr. de mantequilla ablandada
  • 1 huevo para pintar la superficie

Preparación

Para hacer este pan he combinado las dos formas de amasado con robot y tradicional. 
Empezamos con el robot mezclando todos los ingredientes menos la mantequilla, aunque la masa esté un poco seca no importa, con la mantequilla ablandará. 
Amasamos durante unos minutos y vamos añadiendo la mantequilla poco a poco cuando esté integrada dejamos reposar la masa durante 15 minutos y volvemos a amasar durante 2 minutos. Repetimos esta operación tres veces. 
Después del último amasado volcamos la masa en una superficie enharinada y hacemos un amasado manual hasta que la mezcla esté lisa y elástica. 
Hacemos una bola con la masa, la ponemos en un cuenco enharinado, tapamos y dejamos en un lugar cálido y libre de corrientes de aire. 
Tardará en subir porque es una masa grasa, pero si tenemos paciencia crecerá. 
Yo la dejé toda la noche y a la mañana siguiente estaba desbordada.
Volcamos en la mesa enharinada, desgasificamos y partimos en dos partes iguales. 
De cada parte retiramos un tercio para hacer los adornos y al resto le damos forma redondeada. 
El tercio reservado lo dividimos en tres, con una parte hacemos una bola y con las otras dos unas tiras más gruesas en los extremos. 
Ponemos las tiras encima del pan en forma de cruz remetemos un poco los extremos debajo del pan y colocamos la bolita encima. 
Ponemos los panes ya armados en una bandeja de horno forrada con papel de hornear. 
Dejamos reposar durante media hora. 
Antes de hornearlo pincelamos todo el pan con huevo batido. 
Precalentamos el horno a 200° y horneamos durante 20 minutos, bajamos la temperatura a 180° y horneamos otros 10-15 minutos. Si vemos que los panes se doran mucho tapamos con papel de aluminio. 
Comprobamos golpeando con los nudillos si suena hueco y retiramos. 
Dejamos enfriar sobre una rejilla. 
Ya tenemos un pan dulce de sabor delicado y con una corteza crujiente, riquísimo, que los mejicanos toman con chocolate o con café de puchero si lo hacen en el cementerio.


Y una pizca de cariño
Xiana

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